Convaleciente
Cuando era niña sufría mucho con mis dolores en las piernas en la noche. Mi abuelita me daba "friegas" de alcohol y por lo general se me quitaban. Mi papá me decía que doblara mis piernas y durmiera en ellas para que se me quitará. Mi mamá me sobaba hasta que me quedaba dormida.
Al llegar a la pubertad los dolores me tiraban. Llegaba a la casa y me acostaba en el sillón y ya no me podía parar. Entonces lo que me funcionaba era el paracetamol. Gracias a Dios, una vez que deje de crecer, los dolores pararon. Y yo dejé de crecer bastante temprano jaja. Así que cuando sentí ese mismo dolor hace dos semanas me dio un poco de risa y lo ignoré.
Seguí mi semana como siempre, fuí a la escuela, al gimnasio, al trabajo, me puse una de esas borracheras acompañada de una de sus crudas que no le deseo a nadie y me fui de crucero con el novio a Tallin. El jueves me había aventado uno de esos entrenamientos super intensos que me dejo muerta y traía de ese dolor post en las piernas. Andaba quejandome, pero una vez que empezaba a caminar se me quitaba el dolor. En Tallin nos la pasamos caminando, y en una de esas en la calles empedradas se me dobló el pie pero como sin nada. Al siguiente día que estabamos de regreso en Estocolmo, yo no soportaba el dolor en mi pierna.
Llegue a mi casa a acostarme, a ver peliculas y tomar té. Mi pie no estaba inchado ni nada, solo me dolia mucho y no podía caminar. Mi roomate me ayudó a comprar paracetamol y voltaren. Yo estaba segura que me había roto algo del dolor tan insoportable que tenía. Bueno, lo que en años no había hecho, me puse a llorar del dolor.
Me negaba a ir al doctor. Hace dos meses me disloque el hombro, fuí a Urgencias y después de 4 horas me mandaron directo a mi casita a tomar paracetamol y esperar a que me hablará el especialista. Para eso pague 400 coronas y la cita con el especialista es en una semana por lo cual va a ser más dinero. No quería ir a que me dijeran otra vez lo mismo y pagar lo mismo. Para el lunes a medio día ya estaba en tal agonía que no me quedo de otra que ir al doctor. De nuevo note que a los 10 minutos de andar caminando se me quitaba el dolor.
Al llegar a Urgencias les dije a las enfermeras que yo sentía me había roto algo así que me mandarón con el ortopedista. A las dos horas me vio el doctor y se quedó un poco confundido, así que me dijo que iba a hablarle a su colega para una segunda opinion. Un técnico llegó a tomarme pruebas de sangre sin decirme nada y después me toco ver al médico y su colega y llegarón a la conclusión de que tenía un espolón.
Continuará...
Aurea.
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