Livin' La Vida Aurea

13 marzo 2016

El Templo Gotokuji

Hola!

Hoy que fue Domingo de flojera y nada que hacer decidimos darle una visita al Templo Gotokuji, en Sentagaya, que es una de los 2 templos en Tokio conocidos por estar dedicados a gatos. Mientras Gotokuji es un templo Budista, su competencia, el Templo Imado Jinja es un templo Shinto. Shinto (Síntoismo en Español) es la religión nativa de Japón. Estos dos Templos compiten por el título del creador del Maneki-Neko del que ya les había hablado un poco cuando fuimos a Yokohama


Decidimos caminar desde Shibuya, calculando que nos iba a tomar una hora en llegar. Caminamos con rumbo a Omotesando y poco a poco el panorama comenzó a cambiar de rascacielos a edificios muy pequeños hasta que llegamos a los suburbios. De repente nos encontramos en un área con casas pequeñas y diferentes y una tranquilidad muy bienvenida. 



Al final Google Maps nos dijo que habíamos llegado a nuestra destinación pero no lográbamos encontrar la entrada. Al final nos tardamos casi 15 minutos circulando el bárdeado hasta que logramos encontrar la entrada. 



El Templo Gotokuji no solo es famoso por el Maneki-Neko, si no porque también hospeda la tumba de Ii Naoeule, el ministro en jefe (Tairo) del gobierno Tokugawa del Período Edo.

Es un lugar muy tranquilo y pacífico, como los Templos Budistas tienden a ser. El área esta cubierta por árboles y arbustos. Encontrándome en un lugar tan tranquilo me sentí fuera de Tokio. Por un momento creía haber sido trasladada a alguna provincia de Japón.




La historia del Maneki-Neko es la siguiente: Hace mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho pero mucho tiempo (fiuuuu), cuando el Templo no era más que una pequeña choza había un Monje (Budista) que apenas tenía dinero para alimentarse a sí mismo como mendigo (una práctica común del Budismo en la que uno confía en el buen samaritano para sobrevivir) pero tenía un gato al que cuidaba como si fuera su propio hijo, compartiendo con el gato la poca comida que tenía. Un día le dijo al gato "si estas agradecido conmigo, traéle fortuna al templo". Como buen gato, y ya saben como los gatos son conocidos por hacer lo que uno les dice, el gato hizo lo que el Monje le pidió. 

Meses después, en una tarde de verano, el Monje escucho ruidos extraños en la entrada al Templo, y cuando fue a ver de que se trataba se encontró a Aurea hambrienta y sedienta después de haber caminado hora y media intentando encontrar el Templo 6 Guerreros Samurais de camino a su villa después de haber estado cazando halcones. Los Samurais se acercaron al Monje y le dijeron "estábamos a punto de pasar por tu Templo sin ningún interés por entrar pero después vimos a un gato que estaba sentado a la entrada señalándonos con su patita que viniéramos. Nos sorprendimos e intrigamos y decidimos venir a pedirte un lugar en donde descansar". El Monje les dio la bienvenida, les sirvió té y les dijo que se relajaran. 

Repentinamente el cielo obscureció y empezó a caer una tormenta con relámpagos. Mientras esperaban a que la tormenta pasará, el Monje se puso a orar Sanzei-inga-no-hou (un sermón para razonar acerca del pasado, presente y futuro). Los Samurais se sintieron conmovidos y comenzaron a considerar en cambiar al Templo del Monje. Uno de los Samurais dijo "yo soy Naotaka Ii, soy el Rey de Hikone. Gracias al llamado de tu gato llegamos aquí y pudimos escuchar predicación. Esto ha abierto nuestros ojos y al parecer es el inicio de algo nuevo. Esto debe de ser el deseo de Buda. En cuanto regresaron a su villa, Naotaka Ii dono grandes plantíos de arroz y cultivos para lograr que el Templo fuera más grande y generoso. Y al final el Gato trajo fortuna al templo. Tan tan. 

Oraciones para la prosperidad que se le dejan al templo 


Estos gatos de porcelana se compran para después dejar como ofrenda al Templo, pidiendo un favor de regreso. Yo compré uno pero me lo llevé a mi casa. 





Dependiendo del tamaño del favor que se esta pidiendo es el tamaño del gato. 


Yo iba con las esperanzas de encontrarme a gatos de verdad pero me decepcioné mucho cuando no encontré ni a uno solo. 


En lo que estábamos admirando los gatos un equipo de televisión se nos acerco para entrevistarnos para Fuji TV. Lo malo es que no tenemos acceso a la televisión (más como que no sabemos como conectar la tele a la antena y configurarla) así que no podremos ver nuestro debut. 


Fue algo así.

-De dónde son?
- De Irlanda y de México
- Ohhhhhh, y por qué vinieron al Templo hoy?
- Porque no teníamos nada que hacer (respuesta típica de Aurea)... (silencio incómodo)... y porque me gustan los gatos.
-Ohhhhhhh, y cómo fue que encontraron este lugar?
- Busqué en Internet "templo de gatos" y vi que este era el lugar originario del Maneki-Neko que me parece muy kawaii (tierno).
-Ohhhhhhh, y solo se te ocurrió buscar eso en Internet? O por qué lo buscaste?
- Mmmmmm.... Es que en YouTube los J-Bloggers hablan mucho acerca del Templo y me gustan los gatos. (Sí, Aurea, ya sabemos que te gustan los gatos).
-Ohhhhhh, y en México hay un lugar como este?
-No, o no creo, nunca he escuchado de algo así .
-Ohhhhh, y en Irlanda?
-No... pero es kawaii.

*Nota del Autor: kawaii es la única palabra japonesa que nos llega a la mente en cualquier tipo de situación.

Después nos pidieron que admiraramos a los gatos en los que nos grababan.



Cuando terminamos de admirar a los gatos nos despedimos de el equipo de televisión y continuamos explorando los alrededores. Al final nos dio hambre y fuimos por sushi.




Como extra les dejó aquí un pedazo de información de Japón que los llenará de envidia: En el gran área metropolitana de Tokio hay servicio de entrega a casa de McDonald's, y a las pruebas me remito.


Guácala que rico. Imagínense estar bien crudos y solo entrar a la app y ordenar un McFeast a la puerta de su hogar. 

Espero estén disfrutando su Domingo. 

Miau,

Aurea.


Templo Goutokuji
2-24-7 Goutokuji Setagaya, Tokio


2 comentarios:

Judith dijo...

Jajaja, me encantó. Ojala tuviéramos imágenes de la entrevista, aunque en realidad no hace falta con lo buena narradora que eres.

Julie dijo...

Está increíble e imagino tu cara cuando viste que no había gatos de verdad en el templo.

La historia del gato y el monje está súper kawaii <3